Cada semana, espero que estas simples palabras les ayuden a encontrar paz y felicidad. Ya sea que vayan enfrentando sus temores, alivien el estrés y la ansiedad o lleguen a un punto de aceptación radical de uno mismo,
les ofrezco un espacio en el cual puedan tomar una pausa, respirar profundamente y fortalecer corazón y alma.
Bendiciones,
Tara

miércoles, 11 de julio de 2012

La cooperación absoluta con lo inevitable


El místico jesuita, Anthony de Mello, dijo una vez: “La iluminación de nuestro ser es el resultado de la cooperación absoluta con lo inevitable.” Esta frase me hace reflexionar. Me parece que significa vivir de un modo en el cual estamos completamente abiertos hacia la vida tal y como es.  

En el océano Atlántico la corriente del Golfo fluye de la punta de la Florida bordeando la costa este de los Estados Unidos. Si uno pusiese una espiga alineada con el flujo de la corriente, flotaría con la corriente en dirección del norte. La espiga estaría en alineamiento, en un estado de gracia. Si no estuviese alineada con el fluir de la corriente, giraría sin control y no seguiría la corriente.

Alinearnos con el fluir de la vida es parte esencial de nuestra práctica de meditación de conciencia. De igual modo que la espiga, si nosotros no estamos alineados con el fluir de la vida, giramos fuera de control, en un estado de reacción, incapaces de sintonizarnos hacia la gracia divina. Al dejar que la vida fluya a través nuestro, nos mantenemos en alineamiento.
¿De qué maneras perdemos nuestra conexión con el fluir de la vida?

Mientras volvía a casa el otro día en mi automóvil noté lo siguiente. Tengo la costumbre de ir a una cierta velocidad. La persona delante mío iba despacio, demasiado despacio según yo. Ustedes conocen esa sensación ¿no es verdad? Yo no iba de prisa, no es que tenía una cita o un vuelo que tomar. Aún así empecé a sentirme impaciente y ansiosa. Con todo mi ser quería ir más rápido y no estaría contenta hasta que la situación cambiase.

En aquel momento hice una pausa mental. Me di cuenta que estaba luchando contra el momento presente e intenté dejar ir ese deseo. Este es un ejemplo pequeño de lo que sucede de varias maneras en nuestra experiencia humana. Nos quedamos trancados pensando que la felicidad no es posible sino hasta que cambien las cosas. Por ende, nos causamos tremenda infelicidad a nosotros mismos porque continuamente demandamos que las cosas sean diferentes.

Es interesante darnos cuenta cómo sucede esto o de dónde proviene el sentimiento. Me parece que es resultado del condicionamiento social en relación a los que nos trae felicidad. Crecemos creyendo que necesitamos ciertas cosas para ser felices. Por ejemplo decimos: “Si me dieran esa posición…si ganase tal monto…si sólo pudiese vivir en tal sitio... entonces sería feliz.” También pensamos: “Si sólo estaría más saludable…delgada…musculoso…cambiase de jefe o pareja.” La lista nunca termina.

Pasamos la vida esperando a que nuestra situación mejore para poder sentirnos contentos. Mientras sigamos pensando que nuestra felicidad depende de los eventos externos de nuestra vida, los cuales cambian continuamente, siempre estaremos esperando el momento perfecto.

¿Qué pasaría si pausáramos y nos alineáramos con la fluir de la vida?
¿Qué pasaría si nos moviéramos con el flujo de lo que sucede en este momento?
¿Qué significaría esto en tu vida aquí y ahora?

Alinearnos con lo que está aquí y ahora es una manera de practicar presencia. Nos ayuda a actuar en la vida con creatividad y compasión. De esta manera creamos una apertura mediante la cual podemos conectarnos con la inteligencia universal, el amor universal, dejándolo fluir por nuestro ser. Cuando la espiga está alineada con la corriente, ésta fluye a través de ella. Cuando nos alineamos con el fluir de nuestras vidas, hay una sabiduría universal, un amor que fluye a través nuestro que nos conecta con nuestra naturaleza eterna.


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